Quizás suene extraño para algunos, pero lo que busca el delincuente primero es información y una de las cosas que lo hace bueno es su capacidad para levantarla.
Desde la sofisticación de secuestradores profesionales, pasando por la practicidad de un
delincuente común hasta la habilidad de un acosador, todos dependen de la información que manejen acerca de su victima potencial. Lo triste es que en la mayoría de los casos es ella misma o alguien de su entorno quien se la ofrece sin darse cuenta.